
Se trata de una construcción planteada como parte de un edificio de hasta 10 alturas (denominados HomeTowers), mientras que todas las demás participantes eran diseños de viviendas unifamiliares aisladas.
En la sociedad en la que vivimos, fundamentalmente dentro de ciudades, el plantearse dentro del diseño arquitectónico la verticalidad, reduce el impacto causado tanto por los desplazamientos de los habitantes como del coste de los servicios básicos de un barrio. Es por tanto un planteamiento de vivienda que lleva consigo un estilo de vida con menor demanda de energía, y el proyecto está integrado dentro de un conjunto más amplio, que es el barrio. Sin embargo, se ha buscado tener a la vez un equilibrio entre esto y la confortabilidad individual de una vivienda unifamiliar.

Otra premisa de Canopea que nos ha gustado es que se tarta de un modelo de vivienda adaptable a diferentes condiciones climatológicas, por lo que podría extenderse a otros países.
En definitiva, esta casa ganadora tiene un planteamiento que va más allá de la individualidad.
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